La ciudad de Madrid se prepara para celebrar el Orgullo LGTBI del 28 de junio al 7 de julio, un evento que año tras año reúne a cientos de miles de personas para reivindicar la diversidad sexual. La marcha del Orgullo, que en 2023 congregó a más de 700.000 asistentes, se volverá a convertir en el epicentro de las celebraciones, con conciertos en el barrio de Chueca como punto álgido.
Sin embargo, la presentación del cartel oficial del Orgullo 2024 ha desatado una ola de críticas y controversia. El diseño, protagonizado por tacones rojos, un clavel, una copa de cóctel y condones, ha sido interpretado por muchos como una representación estereotipada y reduccionista del colectivo LGTBI+.
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Usuarios de redes sociales como X (anteriormente Twitter) han expresado su indignación, asociando la imagen a la “promiscuidad”, el alcohol y la fiesta, y criticando la estigmatización que, según ellos, perpetúa el cartel.
“Ya sabes, personas con pluma, borrachos y promiscuos”, escribió un usuario, mientras otros denunciaron la eliminación de las siglas LGTBIQ+ y la bandera arcoíris del cartel, símbolos que representan la lucha por la igualdad y la visibilidad del colectivo.
“De verdad esos cartelitos me han dado tanta pena”, escribió el periodista Borja Terán. “En 2024, una ciudad como Madrid que se supone pretende ser puntera, lance unos carteles de Orgullo LGTBI que nos estigmatizan como personas”. Terán se unió a la petición de la retirada del cartel, calificándolo de “vergonzoso”.
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La controversia pone de manifiesto una división entre quienes ven el Orgullo como una celebración festiva y quienes consideran que su esencia se centra en la reivindicación de derechos y la lucha contra la discriminación. La ausencia de la bandera arcoíris y las siglas LGTBIQ+ del cartel ha alimentado la percepción de que el Ayuntamiento de Madrid está priorizando el aspecto festivo del evento, restando importancia a su carácter reivindicativo.
